domingo, 20 de octubre de 2013

{ECDP} Capítulo 14: Amigos


Kiara dejo la taza en el mármol y fue a buscar a su madre, que no estaba en la habitación y extrañamente cuando miro el reloj eran las ocho y veinte de la mañana, solo habían pasado diez minutos desde que se había ido. No entendía nada y seguiría sin entenderlo, además los sábados no tenía grandes cosas que hacer. Se estiró en la cama y dejó la mente en blanco.


Byron salió de la tienda y encontró a Dan fuera, sentado en una piedra del camino. Se tocaba el pelo arrepentido por lo que le había dicho a Kiara segundos atrás. Byron se sentó a su lado y le dio palmadas en la espalda. 

-Deberías pedirle perdón la próxima vez que la veas, le importas mucho. 

-¿Dónde está ella? 

-La he llevado a casa, no recuerda quién soy. Lo que has dicho en la tienda… No tienes razón, ella no confía en mí. Cuando hemos ido hacía la casa miraba todo el rato hacía atrás buscándote y preguntaba todo el rato por ti. 

-A veces eres tan amable conmigo que me dan ganas de pegarte, no entiendo cómo me soportas. 

-Porque somos amigos.


Melody se tumbó encima de Nicolás al lado de la laguna de siempre. Notaba su corazón acelerado al lado de su oreja y le gustaba. Nicolás le peinaba el pelo con las manos y sonreía como un necio mirando hacia al lago. Nunca habían venido tan al anochecer y él representaba esto como una cita, nunca había sido tan feliz. Al fin y al cabo Kiara les había juntado más, gracias a ella estaban ahora aquí. 

El viento les golpeaba con dulzura el rostro, las hojas caían a su alrededor y el agua hacia un sonido silencioso. Melody se giró mirándole y sonriendo le puso la mano en el pecho y le acarició la fría armadura. Recordaba aquel día en que se conocieron, donde solamente se habían dado las manos sudorosas, y cuando estuvieron a punto de matar a Nicolás en la batallan contra los rebeldes del reino. Un hachazo en el hombro que atravesó la armadura y estuvo a punto de desangrarse, si no hubiera sido por un valiente muchacho que pasaba por allí y tenía destreza con las armas hubieran muerto allí, pero Dan apareció justo a tiempo. Un ruido la saco de sus ensoñaciones y se puso corriendo el casco. 

-Es una ardilla –dijo Nicolás al ver la reacción de Melody que ya se había erguido. Nicolás se levantó también y le puso ambas manos al lado del casco. Acercó su boca a la de Melody… 

-General Hicks, le estaba buscando –dijo una voz femenina que había tropezado con una rama. Su voz hizo que los dos se separaran rápidamente.

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