Cap 22: Deseo...

Espero que os guste! ^^

"¿Quién quiere abrir los ojos para ver que ya no queda nada que temer entre tu y yo? "

-Maldita Nerea-

Me despierto cansada y con ganas de volverme a dormir. Pero al abrir un poco los ojos vuelvo a ver esos dos zafiros mirándome intensamente. Me sobresalto pero después recuerdo que es Jon y que él no me hará daño, porque si hubiera querido ya me lo habría hecho. Le saludo con la mano y una gran sonrisa. Entonces me acuerdo de Jack y pienso en saludarle. Aunque después me arrepiento por si él esta dormido. Trago saliva muy despacio y Jon se da cuenta de que necesito agua así que me pasa un cuenco rasposo. Como tengo tanta sed no me fijo de que esta hecho. Cuando acabo espero a que Jon me acribille con preguntas pero en vez de eso me mira maravillado.

-Te pareces tanto a Alice –me dice suspirando-. Ojalá estuviera aquí.

A mi me da miedo preguntar por si hago algo que le siente mal. Me doy cuenta de que él me importa, porque ¿desde cuanto me afecta hacerle daño o no a alguien? Nunca me había importado. Incluso con mis amigas. Yo siempre iba con la verdad por delante. No estaba orgullosa de ello ya que había perdido la mayoría de mis amistades por eso. Pero yo sentía que les haría más daño si les mentía y luego se daban cuenta de ello.

-Jon –dije con cautela- ¿Puedo preguntarte sobre Alice?

Me mira con un rastro de odio en sus ojos que desaparece al momento y entiendo que no, no podía preguntarle sin hacerle daño.

-Claro –dijo él fingiendo- ¿Qué quieres saber?

-Nada –mentí-.

Eso si sabia hacerlo bien. Al principio pensaba que todos los humanos sabían hacerlo pero al observar a mi hermano me di cuenta de que no. Él nunca sabría mentirme porque se notaba cuando lo hacia. Jon me miraba con una ceja levantada. Así que cambie de tema.

-¿Dónde esta él?

-¿El chico de los ojos cambiantes?

-Si –dije riéndome entre dientes-.

El Chico de los Ojos Cambiantes. Parecía el nombre de un ser raro. Me gustaba, igual a partir de ahora le llamaba Cambiante. Pero no le quedaba bien, su nombre o apodo tenía que sonar más de chico malo. Y ese para nada sonaba así. Pensé en que podría traducirlo a otras lenguas pero ahora no, quería escuchar donde estaba Cambiante. Ese pensamiento hizo que me saliera una sonrisa de oreja a oreja. Mientras Jon seguía hablando.

-…Ashley esta cuidando de él. Él le esta enseñando a hablar bien y le enseña canciones. Ella nunca había escuchado una. Se fue de casa cuando era muy pequeña y…

-¿Dónde has dicho que estaban? –Le interrumpí- ¿Y las fotos? Como os las hicieron entonces.

-No te lo puedo decir de momento. Las fotos, pues veras es una historia bastante larga que ya te contaré algún día de estos.

-¿Y si te atrapan?

-Siempre puedes imaginártela –sonrió él-.

Me gustaba este chico. Era práctico y no se andaba con rodeos. Vi que seria un día o una noche bastante larga ya que no se veía nada desde donde estábamos. Nos alumbraba una sola lamparita de noche que recordaba haber visto en millones de tiendas.

-Jon.

-¿Si?

-¿Puedes explicarme una historia?

-Claro –repiqueteo sus dedos contra su barbilla, como si estuviera pensando-. ¡Lo tengo! A ver…

Y empezó a contarme una historia que comenzaba con el clásico Érase una vez…

-Érase una vez un chico que se llamaba…

-Jon -le interrumpí- quiero que se llame Jon.

-Está bien –dijo suspirando-. Érase una vez un chico que se llamaba Jon y tenia una hermana que… -dudo unos segundos- se llamaba Ashley. Los dos eran unos honrados campesinos que trabajaban duro para sacar adelante a sus familias.

«Un buen día en el que el sol brillaba en lo alto del cielo vino el rey. Jon se asustó ya que el rey nunca venia a ver a unos pobres campesinos. Al entrar en casa ordeno que dos de sus guardias mataran a su padre y a su madre. Ashley estaba recogiendo las cosechas así que no se entero de nada. Jon miraba desde la ventana como con sus lanzas y sus manos torpes, los dos guardias, mataban a sus padres. Jon no derramo ni una sola lagrima y no porque no quisiera a sus padres sino porque ese no era el momento. »

«Corrió a buscar a su hermana en cuanto supo que el rey iba a por ellos. Los dos guardias se pusieron en marcha también. Jon y los guardias llegaron al mismo tiempo a los campos, con la suerte de que uno de los guardias no vio a Jon. »

Descanso un minuto que se me hizo eterno y no pude evitar decirle:

-¿Y que paso luego?

-Él que no vio a Jon se fue por un camino distinto sin mirar atrás. Mientras el otro miraba fijamente a Jon. Pero ese guardia era el bueno de los dos, así que hizo como si nadie hubiera estado allí y siguió buscando a unos niños que nadie jamás encontraría.

Volvió a hacer una pausa pero antes de que yo le dijera nada me dijo:

-¿Estas segura de que quieres que te explique el resto?

Entonces vi la trampa, él era Jon y Ashley era Ashley. Los guardias eran Jack y Leo. Jack era el bueno, de eso estaba segura ¿no? Por un momento dude. ¿Y si Jack fingía todo esto solo para matarnos? ¿Y si él era el malo? ¿Y si en realidad no éramos amigos? No podía ser. Jon vio que yo había adivinado él contenido de su historia y me acaricio el brazo con dulzura.

-¿Quieres que salgamos de aquí? –le miré sin comprender- De la cueva –me aclaro él-.

Yo asentí. Sería bueno que me diera un poco el aire. Me ayudó a levantarme extendiéndome su mano y cogiéndome la mía con suavidad. Fuimos a través de la cueva mientras él me guía. La cueva no era muy grande pero estaba bastante oscura. Al final salimos al bosque y una fresca brisa me removió el pelo despeinándomelo. Un poco más lejos vi un ángel. Lo intenté coger y al final lo atrapé.

-¿Qué vas a pedir? –me sobresalto la voz de Jon detrás mío-.

-No se dice, sino no se cumple.

Él me sonrío y espero mientras yo pensaba. Deseo… deseo volver a casa, deseo ir a visitar a Pau al cielo aunque eso represente no volver, deseo ver a Jack, deseo que esta pesadilla se acabe. Tengo tantos deseos pero solo hay uno que deseo realmente y no es ninguno de esos. Me doy cuenta por primera vez que me estoy enamorando de Jack. Así que solo deseo una cosa.

“Deseo que Jack sea feliz, por y para siempre, hasta el infinito y mas allá” pienso riéndome. Al instante soplo el ángel que descansa en mi mano y que se va volando llevándose mi deseo con él. Quien sabe si algún día llegará a cumplirse.

Estos son Ashley y Jon. No dejaba que fueran más morenos pero se supone que ellos dos son negros.