{ECDP} Capítulo 4: La canción

Acabado el dibujo Dan fijó su mirada en Kiara y sonrió. Ella observó lo que había dibujado y reparó en un joven con una espada muy delgada, tanto que parecía el más fino cabello. Sin saber porque entendió que una hendidura de esta, en el corazón, producía la muerte instantánea. El muchacho miraba la hora con unos ojos azules capaces de atravesar el dibujo, su pelo rizado le hacía parecer simpático, sus labios perfilados y sus facciones marcadas hicieron que Kiara quisiera conocerlo.

-¿Sabes quién es? -pregunto la chica sin quitar ojo del muchacho

-Sí -dijo Dan simplemente, empezó a recoger sus cosas y ella lo miró esperando algo más. Dan estaba nervioso, se engañaba pensando que quería tornar a casa y no regresar, para no tener que volver a ver a Kiara, pero lo que en realidad deseaba era que ella viniera con él.

-¿Te vas? -dijo Kiara olvidándose del muchacho que había dibujado y centrando su atención en Dan. Él asintió y se giró hacia la puerta-. ¿Puedo ir contigo?

-No -dijo él sin dudar un segundo-, nos veremos mañana.

∞

Byron se aproximó a la copa del árbol esperando que su compañero llegara. Llevaba una hora de retraso y la virtud de este no era precisamente la paciencia. Nerón hacía tiempo en el claro, meditando el castigo que iba a caer sobre Dan. Encima de Byron empezó a brillar una esfera redonda que poco después exploto como una pompa dejando caer a Dan en la copa del árbol de al lado.

-Llegas tarde -dijo Byron cruzándose de brazos mientras emitía un discreto bostezo. Dan no reparo en él, ni siquiera en sus palabras, simplemente saltó desde arriba del árbol hasta el claro donde estaba Nerón.

-Maestro, la he encontrado.

-Bien, ¿Dónde está? -dijo Nerón mirando a su alrededor. Como le dijo a Dan quería que la llevara consigo cuando la encontrara.

-No la he traído conmigo -Nerón se tragó su furia y asintió.

-Debes llevarla contigo cuando vuelvas -Byron acababa de llegar y escuchó lo último que dijeron.

-¿Es una muchacha? -preguntó curioso.

-Sí, pero no le gustaras -dijo Dan riéndose. Byron nunca había sido un muchacho muy prometedor en el amor y Dan siempre se lo recordaba.                                                                                         

-No lo preguntaba por eso además, ¿tú qué sabes si le gustaré? -se alteró Byron.

-Ella no te soportará -contestó Dan.

-Si te tolera a ti podrá con cualquiera -susurró Byron para que nadie le escuchara.

∞

Nadine salió del lago con el pelo mojado y tarareaba una canción que le solían cantar. Se tumbó sobre la hierba y observo el cielo.

En el bosque se esconde perdida un ave
que te recostará bajo un manto suave;
no tengas escondido más ese miedo
porque pronto podrás ver el cielo.

El ave te cuidará y te dará calor,
entregándote un ángel con amor;
con ese ángel tu corazón madurará
y contigo siempre perdurará.

En el bosque, al lado de la laguna
hay una magia bajo la dulce luna;
ella te mostrará tu alma
y te revelará su calma.

La luna te cuidará y te dará calor,
entregándote un ángel con amor;

Dan se acercó donde ella estaba estirada y cantando con una voz suave acabo el ultimo verso.

Con ese ángel tu corazón madurará
y contigo siempre perdurará.

-¡Dan! -dijo Nadine levándose y corriendo hacia él-. ¡Has regresado!

-Claro que sí, no podía dejarte con Byron -Nadine antes de abrazarle le miro a los ojos un segundo y se detuvo en seco.

-Te vuelves a ir -dijo ella enfurruñándose.

-Sí.

-Puedes estar tranquilo Byron me cuida muy bien -dijo ella girándose y sumergiéndose en el agua. Dan resoplo, se quitó las cosas de valor que llevaba encima y se acercó al borde del lago. Nadine empezó a nadar hacia la otra orilla sin mirar atrás, con un impecable estilo. Dan se decidió por fin y saltó tras ella. Al sumergirse el frío le golpeo muy fuerte, pero no dejó que eso le detuviera y empezó a nadar hacia la superficie. Cuando salió vio como Nadine le llevaba mucha ventaja y empezó a nadar con toda sus fuerzas. Se encontraron a medio camino y él la cogió por la cintura.

-Volveré pronto. Te lo prometo.