Cap 18: Un mundo de Jacks

 Espero que os guste!!

Muchas personas se pierden las pequeñas alegría

mientras aguardan la gran felicidad

-Pearl S. Buck-

***

Veo borroso, no oigo, no siento, me hundo en ese agujero negro y todo mi mundo desaparece. Solo esta Jack que se queda mirándome fijamente. Espero a que me salve, pero, los minutos pasan y yo no veo que se mueva. Intento gritarle decirle que sea mi héroe porque es ahora de verdad cuando lo necesito. Su mano no llega y tampoco su abrazo. Aparece una luz y tengo que escoger.  ¿La luz es la felicidad? Pues yo no quiero ese tipo de felicidad. Aunque Jack no ha movido ni un solo dedo por mi. Se me acaba el tiempo y la luz me engulle. Veo imágenes de cuando era pequeña, de mi madre, de mi hermano, de Pau pero sobretodo veo imágenes de Jack. Está Jack sonriendo, Jack besando a Selene, Jack diciéndome que nadie me hará daño. Todo es Jack. Y de repente Jack es Leo.

Pestañeo un par de veces y me veo sentada en una silla, con las manos atadas atrás, frente a un gran espejo con los bordes de madera marrón y hojas plateadas que suben por los lados. Pau esta detrás de mi observando cada uno de mis insignificantes movimientos, pero yo solo pienso en una cosa. ¿Dónde esta Jack?

-¿Alex? –Dice Leo- ¿Estas bien?

¿Bien? Me acaba de pegar y me pregunta si estoy bien. No sé si es tonto o si de verdad siente haberme pegado. Yo sigo con mi cara de dolor y cuando, por fin, puedo abrir bien los ojos veo mi ojo morado, la boca llena de sangre y una lágrima que me cae por la mejilla. Me la intento secar pero cuando levanto la mano se me clava lo que parece una cuerda mal atada. Así que bajo la cara y me la limpio con la camiseta.

-Si… Estoy… perfectamente…

-¡Me alegro!

No lo entiendo. ¿Se alegra? ¿En serio?

-¿Dónde esta Jack?

-¿Por qué quieres saberlo?

-Tú dímelo.

-¡Jack! ¡Con que es eso eh! –Dice él gritando- ¡Te has enamorado de Jack!

-No –le digo rotundamente-.

-¿Jack? –Pregunta él-.

Entonces se abre la puerta. Entra un chico que esta llorando. Es Jack. Cuando lo veo, hay un atisbo de una sonrisa en mi rostro y desaparece tan rápidamente que hasta a mi me parece que me lo he imaginado. Esta llorando. ¿Por qué?

-Jack, Jack, Jack…-dice Leo- ¿Por qué lloras? ¿Es que no eres feliz?

Jack sigue con la mirada hacia el suelo, llorando.

-Sabes –empieza Leo- nadie es feliz del todo nunca, siempre hay esa pequeña cosa, ese pequeño sentimiento que hace que todo se derrumbe a tu alrededor. Hay veces que esa cosa insignificante se convierte en tu todo, un todo que nunca puedes olvidar y que, aunque te separes de él, siempre perdurará.

No sé donde meterme. Jack, llora más. Leo, después de lo que ha dicho, empieza a decir bobadas que nadie sabe que significan. Yo… yo miro como todo pasa a mí alrededor, y veo como mi vida es un reloj de arena donde se me acaba el tiempo y el único que puede salvarme es… ¿Jack?

No. No. Tiene que haber algo más, yo se más que Leo. Soy más inteligente solo tengo que pensar y… ¡Lo tengo!

-¿Leo?

Leo se acerca a mí. Tiene que salirme bien. Tiene que salirme bien. Tiene que salirme bien. ¿Dónde le doy en la cabeza o en el costado? La cabeza demasiado difícil, tendría que doblar mucho las manos ya que las tengo atadas. El costado tendría que girarme entera pero serviría para distraerle. No puedo contar con que Jack me salvara.

Leo se pone delante mio y dice un si que acaba en un aullido, le acabo de pegar en los huevos. Me giro como había planeado y le doy en el costado izquierdo. Solo me falta la puerta, ¿Cómo no había pensado en eso? Esta cerrada.

-¡Jack! ¡Abre la puerta vámonos de aquí! – Le digo con la silla en la espalda-.

Jack me mira y de repente sonríe. Algo cae encima de mí como un plomo y lo último que veo es un mundo lleno de Jacks.