martes, 1 de julio de 2014

Cap 24: Enamorados

¡He vuelto! Os hago un breve resumen de lo que ha ocurrido con los personajes para que, como llevo tanto tiempo sin escribir, no os perdáis.

Dan: En el último capítulo murió atropellado por un coche.

Byron: Estuvo desaparecido hasta el accidente de Dan donde salvo a Kiara.

Kiara: Ha decidido luchar en la guerra contra Edric.

Melody: Mató a un hombre siendo sirena, se fue para no herir a Nicolás y ahora unos cazadores la persiguen.

Nicolás: Se fue a la guerra en las zonas costeras.

Nadine: Esta atrapada en la cárcel de Edric, con una niña llamada Erica y un lobo.



Nicolás después de muchos días consiguió una audiencia con Edric. Odiaba tener que rebajarse así pero era la única forma.

-Edric.

-Nicolás.

-Me han dicho que tienes la cura para las sirenas –afirmo Nicolás.

-¿Enamorado de una joven sirena Nicolás? Sí, tengo la cura.

-¿Qué quieres a cambio?

-Necesito un corazón y quiero a Aura, la hija del viejo rey –dijo Edric observando sus reacciones. Nicolás ya sabía que necesitaba un corazón y había cogido uno de los soldados muertos en combate.

-Me das la cura y la próxima vez que nos veamos tendrás a Aura ante ti.

-Trato hecho, confío en el poder del amor –dijo mientras le entregaba un bote rojo.


Kiara golpeo con el cuchillo por enésima vez a un árbol mientras corría esquivando la serie de obstáculos que Nerón había dejado en su camino, sonrió al conseguir su objetivo. Respiro hondo y dejo su pelo caer a ambos lados de sus hombros, había crecido y una raíz rubia de unos cuatro dedos se entreveía en su cabeza.

-Esto es lo último que tengo que enseñarte –anunció Nerón sonriendo-. Una pluma.

Le entrego una pluma rosa con su nombre y un sencillo adorno brillante en ella.

-¿Por qué una plumas?

-Porque antaño las plumas escribían canciones de amor, dibujaban rostros sin temor e incluso decoraban el cabello de muchachas con humor. Las plumas hacen magia querida Kiara. Dejaré que Byron te enseñe a usarla, ahora marchaos.

Byron se acercó a ella dándole una palmadita en la espalda.

-Vayamos a buscar a Nicolás, según me han dicho ha ocupado el puesto del General Hicks y estoy seguro que nos dejara entrar en su ejército –Ella asintió sin dejar de sonreír. Byron cogió su mano y en un abrir y cerrar de ojos ambos se teletransportaron al campamento donde Nicolás rezaba ante la cama.

-Nicolás –dijo Kiara- venimos a alistarnos.

Este no hizo caso a sus palabras y rápidamente un soldado que aguardaba fuera de su tienda entro haciendo un excesivo ruido.

-Está bien, os mostraré vuestra tienda –respondió el soldado por Nicolás. Ellos le siguieron en silencio hasta una tienda compartida-. No nos quedan más tiendas, tendréis que estar juntos.

-No hay problema –contesto Kiara-. Gracias.

Los dos entraron en la tienda, una vez dentro Byron cogió a Kiara del hombro y la giro para que lo mirara a los ojos.

-¿No hay problema? –Pregunto intentando no subir el tono-. Tal vez tu n tengas problema, pero yo no puedo seguir así contigo. No puedo seguir ignorando los latidos de mi corazón y las represalias de mi mente. Ese mes sin ti fue un infierno y odio decir que me he enamorado de tus cosas más insignificantes. Me he enamorado de tu forma de respirar, de tu pelo revuelto y mal teñido, de tu forma de coger el cuchillo y de tu torpeza al hacer cualquier cosa. Necesito que me quieras como yo te quiero a ti, no soporto verte cada día y tener que fingir que no siento nada.

-Vale –respondió ella.

-¿Vale?

-Vale –repitió acercándose a él y besándole lentamente, sintiendo como su lengua jugaba con la del chico.

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