lunes, 10 de junio de 2013

{ECDP} Capítulo 2: Distintas tristezas

Kiara se levantó sobresaltada, esa noche una magia extraña había estado en su habitación, la había sentido. Una vez le dijeron que la magia tan solo era la esperanza vestida de gala, pero que la esperanza también podía ir harapienta. Dejó atrás esos pensamientos, se vistió y preparó la mochila. Hoy iba andando porque su madre no podía llevarla, tenía una reunión con un hombre que le conseguiría un buen trabajo. Salió a la calle con una barrita energética en la mano y mientras andaba iba comiendo. 

-¡Kiara! -le gritaron cuando giró la primera esquina-. ¡Espérame! 

Ella resopló girándose hacia atrás para ver quien la llamaba. Dan se acercó corriendo con la mochila colgando de un solo hombro. Le sonrío y se colocó el flequillo hacia arriba, aprovechando para poner bien su gorra negra DC. Kiara le hizo un gesto con la cabeza en forma de saludo mientras acababa de comer. 

-Hola enana, ¿desde cuándo me acosas? -dijo Dan, sonriendo-. Nunca te había visto por esta parte de la ciudad. 

-Pues vivo en la otra calle -suspiró Kiara, entonces pensó en lo que le había dicho-. ¿Enana? 

-Me recuerdas a una. 

-Ya… -puso los ojos en blanco mientras él seguía sonriendo-. ¿Siempre tienes que sonreír así? -odiaba esa media sonrisa suya. 

-¿No te gusta mi sonrisa, enana? 

-Bah, déjalo… 

-Por curiosidad; ¿cómo es que siempre llegas tarde? Eres buena alumna, sacas buenas notas, haces todos los deberes, pero nunca he comprendido porque siempre llegas tarde. 

-Por la misma razón por la que no tengo amigos -resopló, haciendo que el flequillo tapara su ojo, sin querer. 

-¿Y cuál es esa razón? -preguntó con cara inocente, aunque ella no se creyó que no lo supiera. Le lanzó una mirada que le atravesó y se adelantó dejándolo solo. Todo el mundo sabía porque no tenía amigos. 

-Hey, Kiara. ¿Vienes conmigo? -dice Stella, mi mejor amiga. 

-Claro, ya voy -digo-. Ve adelantándote ahora te alcanzo. 

Su novio, Shay, me había pedido que le hiciera un favor y que no se lo dijera a ella. Yo le había hecho caso y me iba a encontrar con él, ahora, antes de ir a comer. Me voy hacia el patio, al verle junto con sus amigos me acerco sonriendo. 

-Hola Shay, ¿Qué era ese favor?-digo caminado hacia él. 

-Pues veras… acércate -dice serio, yo le hago caso y me acerco un poco más, dejando espacio suficiente como para no tocarnos. Él sonríe y sin previo aviso me besa, yo no deseo ese beso y me sabe a traición y amargura-. Te quiero. 

-Yo no -digo secamente. 

-Ki… Kiara ¿Qué has hecho? -dice Stella, acercándose con lágrimas en los ojos. 

-Me ha besado -dice Shay señalándome con el dedo y tocándose los labios con la otra mano-. Lo has visto ¿verdad? Tu amiga me ha besado. 

No se había sentido más impotente en toda su vida, ¿cómo le explicaba ella que le había besado él? Shay tenía a todos sus amigos respaldándole y todos le creyeron mientras que a ella no la apoyó nadie. Desde ese día está sola porque los rumores se extienden como la peste, se tiñó el cabello de rosa para recordar que no debe fiarse de la gente, antes era rubia, un rubio envidiable que atraía todas las miradas. 

De lejos vio el colegio y se sentó en el banco, esperando que entraran todos para no tener que enfrentarse a sus burlas. Minutos después, como le había adelantado antes, apareció Dan que se sentó a su lado. 

-Siento haberte molestado antes -dijo mirándola serio-. Solo quería que por una vez tuvieras un amigo al que contarle las cosas. 

-No necesito contarte nada, además tú también te burlas de mí. ¿Por qué iba a querer ser tú amiga? 

-Porque puedo hacer que vuelvas a tener amigos de verdad. 

∞ 

Estaba delante de un lago sentada mirando al horizonte. Nadine solía venir a nadar al lago siempre que se sentía nerviosa o amenazada, pero hoy solo había venido a observar. Byron no le quitaba ojo desde lejos, sintiéndose impotente por no saber cómo animarla, siempre había sido Dan quien la había ayudado y ahora que Dan no estaba por una vez en la vida sentía que quería que volviera. Se acercó a Nadine y se sentó junto a ella. 

-¿Cómo estas, pequeña? -dijo Byron mirando al lago. 

-No soy pequeña, no lo soy. 

-Claro que no -dijo el acercándose un poco-, eres la personita más grande que conozco. 

-Pero siempre seré así, siempre pareceré una niña. 

-Sí, pero eso no tiene por qué pararte Nadine, tu puedes llegar a ser tan buena como cualquier otro -dijo Byron, ella sonrió y se acercó a él. 

-¿Cómo Dan? 

-Mejor que Dan -contesto él y ella le abrazó, echándose a llorar. 

∞ 

Melody andaba decidida por el pasillo real. Llevaba su pelo rubio recogido en una trenza dentro del casco para que no se viera. Sus ropas anchas no dejaban ver las curvas de su cuerpo y, aunque tenía una cara femenina, todos pensaban que era un joven muchacho. Entró a una gran sala y sin mirar si quiera quien había delante apoyo la rodilla en el suelo haciendo una ensayada reverencia. Esperó a que el rey le hiciera una señal y justo cuando tosió, ella se levantó sin reparo alguno poniéndose muy recta. 

-¿Habéis hecho lo que os ordene? -dijo el rey con una voz atronadora. Todo él indicaba respeto, su barba blanca y enredada, su corona sin brillo posada al otro lado de su sillón, sus manos apoyadas a ambos lados de su cuerpo reflejando su edad y sobretodo sus ropajes rojos que representaban la sangre de alguien importante. Todos sabían que su hijo se había muerto, pero muy pocos sabían que la verdadera razón era que se había ido de casa, y para el rey eso era igual que la muerte. El muchacho se había enamorado de una mozuela del pueblo de al lado y por rebeldía se habían fugado. Consiguiendo al final la muerte de ambos. 

-Sí, encontramos a su hijo -dijo Melody poniendo voz masculina. No quiso ser irrespetuosa, así que no le dijo lo que todo el mundo suponía. 

-¿Lo matasteis? -dijo él, lo que ocasiono en ella una sorpresa que guardo recelosa. 

-Lo hicieron mis hombres, señor -dijo ella agachando al cabeza. 

-Bien hecho -dijo haciendo un gesto con la mano para que Melody se retirara. Ella volvió a hacer la reverencia y salió por la puerta tal como había entrado. Fuera le esperaba su amigo, Nicolás, que era el único que sabía que ella era una chica. 

-Que un padre mate a su hijo por una muchacha es increíble -dijo Melody mirándole-. Pero que encima que este orgulloso es peor todavía. 

-No lo ha matado por una muchacha, sino por rebeldía. El rey tiene que imponer, si dejara hacer cualquier cosa a cualquiera, aunque sea su hijo, perdería todo el respeto -dijo él mirándola con tristeza y seriedad.

2 comentarios:

  1. me está gustando mucho tu historia.. la acabo de leer entera, aunque todavía estoy perdida por lo que va a pasar..
    te seguiré leyendooo ^^

    un besoo

    ResponderEliminar

Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la mente.