-Tu eres Nerón ¿verdad?
-Sí, es una suerte que hayas
venido. Ahora más que nunca te necesitamos –su voz era clara y suave lo que le
provocó una sonrisa.
-Gracias, pero yo no soy de
quien habláis, solo hago dibujos.
-Está bien, creo que deberías
descansar y quien mejor para acompañarte que Byron –dijo mirando al muchacho.
-Claro, te hemos construido
una casa para ti, aunque pensábamos que eras un chico –repuso él mientras la guiaba
por el bosque. Se giró un par de veces para mirar a Dan pero él ya no se fijaba
en ella-. Dan te aprecia mucho, siempre te observaba de lejos, sabíamos que
había alguien especial en esa clase pero no pensábamos que eras tú. Aun así,
él, ya se había fijado en ti.
-¿Y tú? ¿Es la primera vez
que me ves? –él asintió-. ¿Y qué te he parecido? ¿Crees que sabré controlar mis
poderes?
-Creo que podrás hacer todo
lo que te propongas.
∞
Melody se paseaba junto a
Nicolás por las calles de la ciudad. El chico agradecía que no hubiera
intentado matar a los soldados que unos segundos antes había echado. Aunque en
el fondo sabía que no lo iba a hacer porque aparte de honorable era lista y
sabía que sí los mataba ella acabaría igual.
-¿Tú crees que he hecho bien?
En echarlos, digo.
-Sí, se lo merecían. En los
pueblos hay todos los burdeles que quieran. ¿Es que no pueden esperar a llegar
a la ciudad?
-¿Tú has ido alguna vez a un
burdel? –dijo ella sorprendida de las palabras del chico.
-No, yo jamás he estado con
alguien.
-Pues no será porque no te lo
hayan pedido.
-Es que yo espero a la
persona especial – “Esa eres tú” pensó.
-Supongo que yo también
–contestó ella suspirando-. Bueno vamos a seguir buscando a soldados decentes.
∞
Dan miraba desde lejos como
se alejaban Byron y Kiara. Nadine le dio un codazo en el estómago y le sonrió.
-Hacen buena pareja ¿eh? –rio
Nadine. Dan se cabreó y se fue hacía el otro lado, dirección al centro del
pueblo. Nadine le suplicó que se esperase, pero él hizo oídos sordos. Llegó
pronto y entró en la primera taberna que encontró.
-¿Qué le pongo? –dijo un
hombre rechoncho y barbudo.
-Cualquier cosa que sea
fuerte.
En ese instante se abrió la
puerta y Nicolás y Melody entraron riendo con sus armaduras. Se sentaron al
lado de Dan y la chica reparó por primera vez en él.
-¡Dan! ¿Cómo estás? –Dijo
mientras el camarero le traía lo que había pedido-. Ya veo que mal.
-¿Una chica? –preguntó
Nicolás.
-Que va, demasiado trabajo –Nicolás
y Melody se miraron levantando una ceja.
-¿Por qué no nos la
presentas? –insistió ella, que no estaba segura de que su compañero dijera la
verdad.
-Porque no hay ninguna chica
–repuso él bebiendo un trago largo de lo que le había puesto el camarero, pero
cuando el licor le tocó la lengua lo escupió y tosió descontroladamente. Melody
se rio, cosa que hizo que Dan se contagiara de su risa-. Bueno tal vez sí, pero
no me gusta de esa manera.
-Ya… -dijeron Nicolás y
Melody al unísono, poco convencidos.
-¿Podemos ir a un sitio más
tranquilo y discutirlo allí? –dijo Dan levantándose después de dejar dinero en
la barra de madera.
-Qué dices general ¿Vamos? –preguntó
Nicolás sonriendo.
-Pues claro que sí soldado –contestó
Melody cogiendo la mano de su
amigo y riendo, con una voz un poco más femenina de lo que pretendía.
¡Esta muy interesante!
ResponderEliminar¿De que se conocerán esos tres? ¿Dan no sabe que Melody es una chica?
Tengo ganas de más.
Sube pronto
Besos